Parilladas frente a la Lonja, un edificio patrimonio de la humanidad,comercio de fundas de móviles a las puertas del Mercado Central, la construcción modernista más reconocida de la ciudad, e inclusoventa de bocadillos a las puertas del Ayuntamiento de Valencia se han sumado a los ya habituales mercadillos y han acabado con la paciencia de los comerciantes, que cumplen puntualmente sus obligaciones tributarias. «No existe control y se ha visto en estas fiestas. La Policía ha hecho todo lo posible en la calle pero el consistorio debería establecer más mecanismos de control para evitar estas situaciones en el futuro. Ya lo reclamamos el año pasado, tras las fiestas falleras, y no han tenido en cuenta ninguna de nuestras quejas», se lamentaban los comerciantes.

Por ello, desde la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico se ha decidido pasar a la acción definitivamente. Fuentes de la organización explicaron a este periódico que se van a reclamar al consistorio todas las multas que se han interpuesto por los incumplimientos de la ordenanza con el objetivo de comprobar si se ha actuado diligentemente. Y no sólo eso, desde este colectivo se va a exigir un seguimiento de las sanciones que se hayan aplicado para comprobar que efectivamente se ejecutan. Y es que, las declaraciones de algunos de los propietarios de puestos ambulantes alabando la indulgencia municipal con sus incumplimientos han hecho saltar todas las alarmas.

Mientras los comerciantes inciden en la necesidad de unos sistemas de control para evitar los abusos reiterados, los vecinos han comenzado a movilizarse definitivamente para ejercer fuerza en el mismo sentido. Tras años de conflicto, finalmente ha surgido una plataforma con voluntad de aglutinar a todos los residentes disconformes con el proceder en la gestión de las Fallas, las fiestas más multitudinarias de la ciudad. Nació en Ruzafa como consecuencia de la multiplicación de puestos sin control pero uno de sus portavoces insistió en que la voluntad expresada por todos los impulsores es que se amplíe su radio de acción a toda la ciudad. El objetivo es presentar una plataforma lo suficientemente fuerte y sólida para que el Ayuntamiento atienda sus reivindicaciones. Y estas no son otras que un mayor control en el cumplimiento de las ordenanzas. «No se trata de atacar a las Fallas sino determinar qué pueden hacer y qué no. Es imprescindible delimitar esto porque si no los abusos continuarán», explicaron en pleno conflicto con las Fallas. Decididos entonces a interponer una denuncia en los juzgados, finalmente desistieron de este proceder para rearmarse como una plataforma legal y establecer unos objetivos.

@_ctoledo_